Licenciada en Empresariales con Master en Administración de Empresas, desde entonces se ha volcado en trabajar para que el negocio familiar esté a la altura de las exigencias del viajero del siglo XXI, pero sin perder ni un ápice del trato cercano y atento que siempre ha caracterizado a Hotel Ánfora.
Carmen y Hotel Ánfora
¿Cuál es el primer recuerdo que tienes de Hotel Ánfora?
La primera imagen que tengo es la del final de curso escolar, cuando venía corriendo a darme un baño en la piscina, y a tomarme después unas fresas con nata rodeada de gente que se lo estaba pasando bien en el hotel. Todos esos recuerdos siempre son en torno a la piscina.
Ser hotelero, ¿se lleva en la sangre?
No, se lleva una vez uno empieza a trabajar en el hotel y siente que le apasiona. No lo sabes hasta que te involucras; aunque te hayas criado en uno... El turismo dio la oportunidad a ibicencos como mi padre a iniciar una empresa. Él era maestro de obras y, gracias al turismo, creó una empresa y puestos de trabajo. Esto se ha normalizado, pero en aquel momento o te dedicabas a la tierra o la construcción, o no había tanta salida.
Este verano Hotel Ánfora está celebrando sus 50 años, ¿con qué palabra definirías su historia?
Constancia. Los 50 años de trayectoria son un premio a la constancia porque al fin y al cabo durante todo este tiempo han pasado mucho ciclos en Ibiza y en Es Canar, y poder decir que se llega a esta fecha es gracias a la constancia y el trabajo.
En el 2017 se reformó por completo el hotel pasando de 2 a 4 estrellas. ¿Cómo es el nuevo espíritu de Hotel Ánfora?
Pues el de un alojamiento que ha dado un importante salto cualitativo, pero que desea mantener el sentido que tiene la empresa familiar.
¿Y qué es lo que conserva del antiguo?
El personal, que en Hotel Ánfora siempre se le ha considerado de la familia; y la acogida cercana que se desea dar al cliente para que se sienta a gusto y bienvenido.
¿Cuál es la situación más difícil que has vivido en el hotel a lo largo de todos estos años?
Haberme hecho cargo de su gestión de manera abrupta debido al fallecimiento repentino de mi padre.
¿Y la más divertida que recuerdes?
Uy, sí… Hace años un señor que estaba durmiendo desnudo quiso ir al baño, pero por confusión abrió la puerta de la habitación y acabó en el pasillo sin llave y sin ropa. Tuvo que bajar a recepción a pedir la llave, y el vigilante se llevo un buen susto, ja ja ja…
Cuando se crece en un hotel, ¿se desarrolla una sensibilidad especial para saber las necesidades del cliente?
Definitivamente. Y ese desarrollo de la percepción de lo que necesita es lo que te mantiene vivo como negocio. Hay que estar atento a lo que no funciona y a lo que se puede mejorar. Sobre todo en un mercado tan competitivo.
Para ti, ¿cuáles son las tres cualidades que todo hotelero debería de tener?
Aprendizaje constante que equivale a la no conformidad, una buena gestión económica y una buena gestión en recursos humanos. El liderazgo es muy importante.
¿Cómo te gustaría que fuera Hotel Ánfora dentro de 25 años?
Deseo que siga siendo una empresa familiar con el mismo espíritu de mejora.
Carmen e Ibiza
¿Cuál es tu playa favorita de Ibiza?
Cala Nova.
¿Y tu rincón favorito de la isla?
El paisaje que asoma en el camino que va desde Sant Carles a Pou des Lleó: paredes de piedra, el verde de las higueras, el azul del mar, el islote de Tagomago…
¿Qué tres lugares crees que no deben dejar de visitar los clientes de Hotel Ánfora durante sus vacaciones en Ibiza?
Dalt Vila, que es Patrimonio de la Humanidad, la Ruta del río de Santa Eulària des Riu y la zona de cala d’Hort, con la puesta de sol delante del islote de Es Vedrá.
¿Ibiza en invierno o Ibiza en verano?
Si he de elegir, que me cuesta, invierno.
¿Cuál crees que es el rincón de Ibiza que aún está por descubrir?
La zona norte de Ibiza. Santa Eulària des Riu y Sant Joan de Labritja tienen muchos rincones no tan conocidos.
Dinos tres recomendaciones para clientes de Ánfora que vengan en familia.
Depende de la familia, pero a los niños siempre les gusta el parque de tirolinas Acrobosc, una excursión a las playas con el trenecito y un viaje en barco, aunque sea de desplazamiento entre Es Canar y Santa Eulària des Riu.
¿Y para clientes que vengan en pareja?
Una cena romántica en Sol d’en Serra u otra calita tranquila, tomar una copa en los locales del puerto deportivo de Santa Eulària des Riu, visitar el pueblo de Santa Gertrudis al atardecer y escaparse a Formentera. Y, por supuesto, nuestro pack romántico.
Para ti, Ibiza sabe a…
En invierno, sabe y huele a tierra, bosque y romero. Y en verano, a sal y a pino.
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